domingo, 26 de octubre de 2008

En un país donde cada día vemos injusticia tras injusticia, donde el clamor del más débil y desposeído es silenciado a causa del poder de varios y del dinero de muchos, es deber nuestro de dar voz a los sin voz.

Para ello, es menester el apropiarnos del conocimiento necesario, empezar a andar a paso seguro en medio de la incertidumbre legal que si bien es mancillada, EXISTE, sí existe, como también existen maneras inteligentes de hacer valer los derechos y decir no a la resignación que cunde por doquier a todo nivel en el corazón del ser humano.

Queridos jóvenes, ármense de valor y salgan alturadamente a defender el principio del derecho: el derecho a ser humanos.

Es mi deseo que utilicen este material a descargar del modo más pertinente posible, úsenlo, úsenlo, úsenlo.

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